miércoles, 15 de septiembre de 2010
No puedo dejar de pensar en tu nombre, en la chance que podríamos tener juntos, en lo que te quiero aunque nunca te lo haya dicho, en lo que te debo, en las ganas que tengo de verte y como a los cinco minutos, ya no deseo hacerlo. Sos un pensamiento furtivo, quizás de los más traviesos, los menos esperados. Río sola, con ese tono sarcástico y me acerco a mis compañeras de colegio para volver a la tierra, para evitarte, para alejarte de mi cabeza, para alejarme de este mundo que nadie conoce, que no puedo compartir ya con nadie. Quizás esta loca soledad sea la que hace que te necesite, que me acerque a vos, que te hable. La verdad, ya no quiero buscarle motivos a nada. No quiero encontrarlos. Si tiene que ser, que sea. Y si no, hay muchos peces en el agua. No morire ya por ningún hombre.
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