De eso va la vida, de equivocarse y aprender, de llorar y de reír, de decir adiós y de dar la bienvenida. Si algo he aprendido es que hay que aceptar las cosas. Estas son como son, y muchas veces, por mucho que te empeñes, no se puede hacer nada para cambiarlas. Y algún día habré llorado tanto que me quedaré seca. Algún día, quizá, ya no me dolerás tanto. Caerse y seguir, de eso se trata.
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