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sábado, 24 de julio de 2010

no quiero decir que hay de nuevo..prefiero decir solo que quiero decir..las cosas no van ni bien ni mal..no van ni vienen..

Siempre seré absurda, siempre contradictoria: la hija divertida pero problemática de mis viejos, la hermana canchera, la novia obsesiva, la paqueta superficial, la amiga incondicional, la amante traidora, la virgen santísima, la puta reventada, la concertista de piano, la aprendiz de guitarra, la flaca anoréxica, la gorda obesa. Juego con mis papeles: me analizo con un psicólogo que siento más como un amigo, veo películas incansablemente, me siento sola en el cine. Juego a sentirme alegre con mis primos, a tener dolor de panza de tanto reírme, a sentirme diva, gorda, triste, miserable, usada, enérgica. A sentirme útil escribiendo, a sentirme inútil cuando me releo, a reírme cuando me decís que te gusta que llore, a maldecirme porque sé que estás enfermo, a odiarme porque me encanta que lo estés. A amarte cuando no te soporto, a odiarte cuando te pareces a mí, a amarme cuando me parezco a ti, a que me cueste respirar cuando te escucho. Me voy. A eso: a sentir. ¿Quién soy? Soy yo. ¿Cómo soy? Verás ¡soy tantas cosas!

Hay quienes dicen que las mujeres cuando son amigas son insoportables, porque concuerdan una con la otra, siempre, y no se despegan. Hoy puedo entender que la vida nos presenta miles de personas y que cada una de ellas viene a cumplir un papel particular en nuestra vida. Todas ellas quedan en nuestra memoria, alma y corazón. Hay amigas como aquella desbocada que dice locuras, que te mete siempre en problemas pero que te hace reír mucho. O bien está esa con la que andás siempre del brazo, a la que le contaste el primer chico que te gustó, la que te da consejos de ropa, personas o simplemente cortes de pelo. Aquella a la que le cuentas absolutamente todo y sientes que eres realmente entendida. Aquella a la que no le da vergüenza decir que te ama. Aquella que pasa junto a vos el momento más difícil de tu vida. Aquella que te llama todo el día. Aquella intelectual que te enseño de todo. Aquella que te abrazó en silencio y te sintió llorar. Aquella egoísta y aquella que hace todo lo que le pides. Aquella que te escucha cuando estás enamorada y pasas horas hablando de lo mismo. Aquella que entiende que la dejaste por tu enamorado, y aquella que exige toda tu atención. Aquella que parece tu mamá siempre dándote consejos. Aquella que te dio el mejor consejo pero no lo escuchaste. Aquella que es una hermana para tí, y hasta la que es una buena compañía cuando el plan es “hacer nada”. Y claro está, la mejor amiga es aquella que es simplemente aquella.

Cuando estés mal, cuando estés solo, cuando ya estés cansado de llorar, no te olvides de mí porque se que te puedo estimular. Cuando me mires a los ojos y mi mirada esté en otro lugar, no te acerques a mí porque se que te puedo lastimar. No pienses que estoy loco, es sólo una manera de actuar. No pienses que estoy solo, estoy comunicado con todo lo demás. Por eso cuando estés mal, cuando estés sola, cuando ya estés cansada de llorar, no te olvides de mí porque se que te puedo estimular.