Seguidores

jueves, 16 de septiembre de 2010


Veré como la noche se tiñe de un pálido azul. Pero no será lo mismo sin ti. Puesto que se necesitan dos para susurrar.
El silencio no está tan mal. Hasta que veo mis manos y me siento triste ya que los espacios entre mis dedos son donde los tuyos encajan perfectamente.

El sol está ascendiendo en el cielo, es una bonita mañana. Ella se dirige al colegio, él todavía no ha ido a dormir desde la noche anterior. Un día cualquiera. Sólo que ambos se encuentran en el semáforo. Y por eso ese día no será como los demás. Él la mira. La ventanilla está abierta. Un mechón de pelo rubio ceniza descubre a trozos su cuello suave. Un perfil delicado pero decidido, los ojos azules, dulces y serenos, escuchan embelesados y entornados una canción. Tanta calma lo impresiona. Ella se vuelve hacia él, sorprendida. Él le sonríe, parado junto a ella, sobre aquella moto, los hombros anchos, las manos demasiado morenas para aquella mitad de abril.

Es esa sensación que te atrapa cuando sientes que quieres pero no puedes, cuando darías lo que fuese por poder olvidarte definitivamente de él, pero sabes que eres incapaz, que aunque hayan pasado meses sin que hayas hablado siquiera con él sigues recordándolo cada hora, cada minuto, cada segundo...

Me siento extraña. Me noto rara. Tengo una sensación de vacío muy grande. Me siento vacía, me falta algo. No me gusta esta sensación. Tal vez necesite una dósis de risas, de recuerdos pasados, de sensaciones inexplicables, de... de amor. Sí, de amor. Amor. Será eso. Tal vez necesite saber que le importo tanto a alguien como para llegar a quererme. Sólo tal vez...

No sé si es importante, pero nunca es demasiado tarde para ser quienes queremos ser. No hay límite en el tiempo, puedes empezar cuando quieras. Puedes cambiar o seguir siendo el mismo. No hay reglas para tal cosa. Podemos aprovechar oportunidades o echar todo a perder. Espero que hagas lo mejor. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes. Espero que conozcas a gente con un punto de vista diferente. Espero que vivas una vida de la que estes orgullosa. Y si te das cuenta de que no es así... Espero que tengas el valor de empezar de cero.

Lo siento. Lo siento por tener este compartamiento tan estúpido, por ser así como yo soy, por querer verte todos los días sin excepción a uno tan siquiera, por encantarme tanto, por encantarme tú y tu maldita forma de ser tan escepial, por querer estar contigo cada día un poco más, por tenerte en mi cabeza, por encantarme cuando ríes.. Pero sobretodo, lo siento por quererte tanto.

¿Sabes? Yo solo iría a un aeropuerto contigo para coger un avión y llegar a una playa perdida, y comernos a besos hasta que me olvide de qué día es y me vuelva loca de tanto quererte.

Y era el amor más bello que yo hubiera visto. Hecho por miles de corazones que laten juntos. Que bailan siguiendo el ritmo del disco que giro. A veces el dios del disco, el dios de las luces y el dios de la noche, deciden agarrarse de las manos. Y hacen que la tierra se vea bellísima desde aquí arriba.

Supe entonces que de nada valdría intentarlo, suplicarte sería en vano sabiendo que ibas a decir que no, suplicarte no hubiese valido la pena sabiendo que no querías quedarte a mi lado, que tan sólo lo harías por lástima. Tus palabras ya no valdrían nada porque serían dichas sin ser sentidas, como las últimas que me dedicaste, frías e insensatas. De pronto, nos volvimos dos extraños en territorio ajeno. Y la guerra se hizo inminente e inevitable. Tus ojos solo irradiaban odio, dolor y un grito reprimido. Los míos, esperaban que la muerte no doliese porque si hubiese podido elegir, hubiese preferido que mates mi amor a ser participe de una desición que tomaste individualmente, con la que evidentemente no estoy de acuerdo. Lo último en lo que pensé fue tu nombre, resonando entre los muros que rodean este corazón. Un sentimiento apuñalado por la espalda y cayendo, muy hondo, recuerdos quemándose en el infierno del anochecer.

Arta. Arta de que se repita siempre la misma situación. Una y otra, y otra, y otra vez. ¿Por qué todo sigue igual? Quiero ese rayo de sol en un día totalmente oscuro. Pero, ¿qué coño digo? Si es imposible. Si por mucho que diga o haga la gente hará lo que le de la gana. Se guiarán por las idioteces que digan los demás. Haciéndote la persona más miserable e idota que puedan. Mierda de sociedad. Que si esta a dicho esto, que si este ha dicho no sequé.. Y se va haciendo una bola más y más grande. Que no puedes pararla por mucha fuerza que le pongas. Y cuando van a preguntarle a la supuesta persona que supuestamente ha dicho cualquiera de esas cosas, simplemente, no te creen. Te tratan como una maldita mentirosa de mierda, como la mala de una película que ni siquiera existe. Venga ya, ¡hasta dónde hemos llegado! Un poquito de confianza en las personas hombre, que no cuesta nada. Que unas simples palabras dichas por ciertas personas pueden hacer mucho más que lo que tú misma les puedas decir a los demás. Como ya he dicho: mierda de sociedad.

Fuera de mi ventana solo veo coches veloces, motos alocadas, que dejan el tráfico atrás. He aprendido una pequeña verdad, el mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo. Te quiere veloz para recordar sólo el sonido de tú paso, y es por esto que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado, ahí es cuando aceleras.

Yo era un asesino, y mi nueva tarea era sencilla: secuestrar a una chica de 17 años. Llevaría a la pobre a su propio infierno terrenal. Lo que no sabía era que ella me conduciría directo al paraíso, que pronto se transformaría en el peor de los infiernos.