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viernes, 13 de agosto de 2010


La vida nos moldea dando palos. El amor es el mayor error y lo mejor que te ha pasado. Imagina por un momento, una vida sin dolor, sin sufrimiento. Convierte tu aburrimiento en humor.

Rompo, muerdo, lloro, sonrió, grito, pego, me duele, me lastima, lloro, muerdo, rompo, me duele el alma aunque no lo quiera admitir, pense que con el tiempo sería fácil, por que se te hizo tan fácil olvidarme? me duele el alma de solo pensar que la miras a ella como imaginabas mirarme a mí, me duele pero mi orgullo es más fuerte. NO voy a volver y se que a ti tampoco.

Hay muchas cosas que no saben sobre mí, hay muchas de ellas que jamás descubrirán, hay muchas que quiza ni se molesten en querer saber y hay muchas por las cuales se retorceran para conocer, pero la verdad es que todas aquellas son insignificantes, detalles que me complementan y me hacen lo que realmente soy. Detalles, sí. Detalles que me determinan y condicionan, yo actuó y vivo teniendo en cuenta aquellos detalles, insignificantes si los menciono, pero indispensables si conocen su verdadera naturaleza, aquellos detalles son derivados de tres palabras que definen mi escencia.
Pasión, Lealtad y Honestidad. Y mis propias reglas son estás; Pasión por todo lo que hagas. Lealtad para aquellos que te quieren de verdad y te brindan apoyo y por último Honestidad en cada paso que des.
Si no podes entender esto, como esperas entenderme?
Quizá tenga miles de razones por las cuáles tirarme en el suelo y llorar como si no hubiera mañana, pero necesito solo una para saber que puedo, que debo seguir luchando.

Yo no soy la niña lista que saca diez en todo, yo no soy la cara bonita que se olvido de pensar, no soy una muñeca y tampoco un bicho extraño, no soy esa que sonríe al pasa, no soy nada de lo que tu crees conocer, yo soy cambiante, soy bipolar, un día puedo ser esa y luego aquella, pero siempre seré yo misma, nunca traicionaré mi propia escencia, por que es eso lo que me define, lo que me fortalece, lo que me hace verosímil. Yo soy quien quiero ser, no quién tu quieras que sea.

Y ahora que estoy sola te extraño, y ahora que estoy sola comienzo a preguntarme que habría sido de nosotros, y ahora que estoy sola siento curiosidad por saber como terminaría esa frase interrumpida...¿would you like to? que me gustaría? que? Sé que voy a volver el año entrante, ruego por que sea al mismo lugar. Y ahora que estoy sola desearía haber tenido un minuto más.

Hay muchos secretos que quizá nunca llegue a descubrir, tengo miedo de arriesgarme, tengo miedo de ser lastimada pero sobre todas las cosas tengo miedo de descubrir que todos lo que había creído de ti es solo una mentira. Intento convencerme de que todo esto es solo una etapa, pero hay veces en las que me cuesta creer que pueda serlo, ya que sigue extendiéndose y a cada minuto me deja devastada, odio decirlo, pero quizá este sea el final de un nuevo comienzo, en donde no haya ni tu, ni yo.

Después de unas tantas semanas, más que nada un mes, tengo que comenzar a acostumbrarme a esta sensación. Me cuesta comprender que hay cosas que se van y no vuelven más, que las personas deben buscar nuevos rumbos que recorrer y que a veces, uno no es más que un obstáculo que imposibilita y de alguna forma, lo prohibe. No me resulta fácil sentarme a escribir, ni acá, ni en ningún lado. Cada vez que agarro una lapicera o me siento enfrente de una pantalla en blanco de la computadora miles de recuerdos acuden a mi cabeza para acribillarme. Imágenes, miles de ellas, devolviendome tiempos que son mejor perderlos que encontrarlos. Tiempos que deberían de estar bien enterrados bajo tierra, que no me pertenecen. Pretendo alejarme de ellos, pretendo que lo logro y sin embargo, es inevitable que siempre recurran a mí, llenos de angustia, melancolía y un odio imposible de codificar. Son gritos, paredes blancas, manchones ilegibles, personas tristes, pasillos, muchos de ellos, personas llendose constantemente, muy pocas están realmente aunque muchos llaman y dicen que estan, que acompañan cuando en verdad, no pueden gastarse en acudir al dolor penetrante de los extraños, esperando. Me agarro la cabeza, me derrumbo en el piso. Mis piernas suelen temblar como las de una muñeca de porcelana, llena de miedos, de silencios que nadie se gasta en escuchar o siquiera comprender. Y necesito los brazos de alguien, acobijandome, salvandome de la oscuridad. Las paredes comen de la soledad de las personas y ahí estaban, haciéndolo conmigo. Adueñandose de mí, de mis pocas ganas de vivir. Retumban junto con aquellas imágenes, las palabras vacías de las personas que tanto he querido. Promesas sin cumplir, inexistentes de por sí, contando minutos y segundos de un tiempo que nunca comenzó a correr. De un tiempo irreal, de la era de la felicidad, de los momentos que hacen que valga la pena estar, bien o mal.
Tengo una angustia en el pecho, que me oprime y me culpa de mis acciones. Una sonrisa diabólica que lo oculta todo, una mirada que dice más que mil palabras, un cuerpo que habla en un idioma que nadie entiende. Muchas veces me planteo que es lo que hago mal, y termino por responderme días como hoy que el problema definitivamente soy yo. Que podría tenerlo todo pero...me acostumbre a vaciarme el cuerpo, el alma y a espantar a mis acompañantes. Te he alejado de mí y ahora, puedo comprender que haciéndolo, sólo me alejé un poco más de encontrarme. Cada vez estoy más perdida en el mundo.