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viernes, 13 de agosto de 2010

Tengo una angustia en el pecho, que me oprime y me culpa de mis acciones. Una sonrisa diabólica que lo oculta todo, una mirada que dice más que mil palabras, un cuerpo que habla en un idioma que nadie entiende. Muchas veces me planteo que es lo que hago mal, y termino por responderme días como hoy que el problema definitivamente soy yo. Que podría tenerlo todo pero...me acostumbre a vaciarme el cuerpo, el alma y a espantar a mis acompañantes. Te he alejado de mí y ahora, puedo comprender que haciéndolo, sólo me alejé un poco más de encontrarme. Cada vez estoy más perdida en el mundo.