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viernes, 20 de mayo de 2011

foto de malditapichh en 20/05/11

y camino sin ti, el camino es mas grande & claro.. me hacías falta, conste dije me hacías.. pues ya te deje a tras y no planeo devolverme a buscarte para volver a lo mismo.
foto de raisinghopes en 19/05/11

Me ahogo por las calles si paseo sin tu risa. Tus miradas están muertas, murieron hace tiempo. Todo lo que quise decir es cómo si hubiera desaparecido. Tú te llevaste los momentos. Paseo por las calles mirando al cielo, para ver si el sol te acaricia los ojos y se reflejan en alguna nube. Recojo los pedacitos de nuestro pasado en todos los rincones que algún día quisieron acompañarnos. Los recojo sigilosamente, no vaya a ser que alguien se de cuenta, y muera de la envidia. Te veo en cada escaparate, cuando tu cara reflejaba agotamiento pero tus ojos me decían ''esta noche serás mia''. Te pienso por las mañanas cuando el café me ahoga. Por eso leo todos los periódicos que encuentro por el camino, para mantener duelos con mis pensamientos. Por eso acarício la guitarra todas las noches, para mantener mis manos ocupadas. Una parte de mi vida se queda contigo
foto de learntobreath en 21/05/10

Decididamente tuya, escurridiza mente mío. Sin propiedad. Eso somos tú y yo, pura química, pura física… y ya está. Nunca cruzaremos la delgada y a la vez tan gruesa línea que separa lo ocasional de lo permanente. Nunca abandonaremos el cine cogidos de la mano, ni me preguntarás qué tal me ha ido el día. De echo… nunca hemos ido al cine, ni a cenar, ni… Dudo tan siquiera que dediques más de un minuto al día en pensar en mi, y estoy segura hacia dónde va enfocado ese único pensamiento. Hay dias que no puedo más, qeu se hace cuesta arriba y que necesito un cambio. El problema es que lo quiero contigo, y contigo no puedo esperarme nada más que lo que ya tengo. Y si lo quiero bien, y si no, puerta. Y a otra cosa. No entiendo cómo podría ser tan fácil para ti… no lo entiendo.
Cómo dejarlo si me va a hacer más daño no tenerlo, que beberlo a sorbos.
Vive y nunca te mueras.

Tomaba café ardiente y fumaba con ansia. Le temblaban las manos de forma imperceptible para todos menos para mí y su forma de arquear las cejas de vez en cuando como si un pensamiento hubiera chocado de frente con otra idea temeraria en la carretera de su mente me llamaba especialmente la atención.
Algo en mí se levantó del asiento y cruzó la cafetería hasta él. Como un espectro del quiero y no me atrevo que realmente se atrevió.
Mi falda bailaba con el contoneo de mis caderas y notaba el roce de mis dedos en el muslo al caminar. Cuando me detuve delante de él sonreí confiada:
–Disculpa, ¿me puedes decir qué hora es?
–Son las cinco menos cuarto. –dijo de forma escueta, casi sin darse cuenta de mi presencia.
–En un rato amanecerá –añadí.
Él seguía inerte o tal vez fuera de cobertura, intentando recargar la batería de su motor tomando café doble. Yo no me moví un milímetro y, al poco tiempo, surtió efecto.
–Perdona, ¿te conozco? –me preguntó con su incomparable arqueo de cejas.
–Sí –mentí.
Él se aclaró la garganta y me dedicó una sonrisa nerviosa. Después hizo un gesto invitándome a compartir asiento.
–Soy Ludmila –inventé. –Nos conocimos hace unos años, ¿no me recuerdas?
Él seguía callado, tratando de recordar el pasaje que acababa de crear. Parecía realmente concentrado rebuscando en su memoria el instante donde vio por primera vez mis labios, aunque yo sabía de antemano que no lo conseguiría.
–Oh, ya lo tengo, perdona. Fue aquel verano de 1987 ¿verdad? Aunque te recuerdo más morena.
–Sí, eso es. Me teñí justo al volver, quería un cambio en mi vida.
–Te queda muy bien el rubio. –comentó con sinceridad.
Le di las gracias y tomé mi café con él. Se llamaba Ezra, era matemático y estaba esperando al primer tren para acudir a una conferencia. Me contó que su hermana Brie se había casado por fin con su novio del instituto y que por desgracia, sus padres fallecieron.
No tenía idea de nada de lo que me decía pero era bonito estar allí tomando café con él y formar parte de su vida, de sus recuerdos. Aunque en realidad, ambos supiéramos que todo era mentira, un juego para pasar las horas más rápido, una excusa para ver el amanecer en compañía.
Me equivoque.

Sírveme otra copa bien cargadita de olvido. He dicho bien cargadita, recuerda. No me trates cómo si tuviera doce años, porque eso pasó a la historia. Tampoco me trates cómo a una mujer que soy, porque ya no lo mereces. Sólo sírveme una jodida copa, no es tan difícil, ¿podrás hacerlo? Quiero decir... para algo que te pido que no requiere más de un minuto... Y no me mires con esa cara de pena, siempre has sido un cabrón y ahora quieres disfrazarlo. Cuando acabes sal por esa puerta, y no vuelvas. Junto a ti marcharán todos los recuerdos escampados por cada parte de la casa... el cuadro del comedor llorará por ti, pero es mejor que tirarlo al vacío (además, nos costó una pasta!). Y si junto a ti no marchan... lo harán, estoy segura. No voy a recordar nada a partir de ese momento. Ahora sí, claro, pero es que aún no te has ido... ¿quieres servirme la jodida copa de una vez?
foto de givingyouupbaby en 17/05/11

Esta rabia que se siente dentro, querer llorar y no tener donde. En la calle si lloras te miran como si fueras una loca, en el colegio despues te toman como una niña llorona y en tu casa te empiezan a interrogar para ver que pasa cuando tu lo unico que quieres es llorar, desahogarte y que te dejen en paz. Entonces, como llorar?
foto de 62990 en 20/05/11

Apareces, apareces y desapareces, para luego volver a aparecer. Te veo en los escaparates cuando dejo de caminar cabizbaja. Mis dientes tiritan de frio, cortan el aire con cada suspiro que inhalo... luego echo el humo de todos los cigarrillos que exhalo. Cada calada me recuerda a todas y cada una de las noches que pasamos juntos... a cada carícia, a cada beso, a cada respiración al oído. Lo recuerdo, lo recuerdo cómo esas fotos en blanco y negro que se guardan cómo oro en paño, en una cajita llena de polvo, en el fondo del armario. Ahí te guardo yo, ahí guardo nuestros momentos, en el fondo de lo que creo es el corazón. Lo curioso es que sigue latiendo, por eso sé que es él, pero podría situarlo en cualquier otra parte de mi cuerpo... ya no me necesita, quizá yo tampoco a él.