Seguidores

sábado, 30 de abril de 2011



Por que siempre tenemos miedo a cometer el mismo error, miedo a recordar lo que pensamos que esta olvidado, miedo a volver a mirarle y volverte a enamorar después de todo... miedo a no haber aprendido la lección... pero no podemos hacer nada cuando el propio miedo es nuestra propia felicidad.

Sonríe, muestrate feliz, sino todos te pasan por encima. Ríete, disfruta, no tienes la edad suficiente como para permitir aburrirte. Conoce, investiga todo, no les des el gusto a los demás de conformarte con escuchar sus propias experiencias. Equivócate, caete mil veces en el mismo lugar, date el permiso de descubrir el mundo tu solo. Ayuda, escucha a los demás, no sabes cuando vas a ser tu el que necesites un consejo. Piensa, entiende, pero no le tengas miedo a los impulsos. Excede, sobrepasa, vive cada minuto

Mi nombre es amor, y no tengo edad, ni sexo. Nadie pudo jamas verme, ni oirme ni tocarme y sin embargo, todos saben que existo, porque alguna vez sintieron mi presencia. Nací con el hombre y aun ya fui antes, porque el hombre mismo fue producto del amor, o sea de mi mismo. Habito en el corazón de los hombres y comparto mi hogar con otros sentimientos como la alegría, la tristeza, la ira y el odio. No tengo brazos y sin embargo soy tan fuerte que muchos dieron la vida en mi nombre. No tengo piernas, mas sin embargo, puedo unir continentes sin mediar distancias. Nunca tuve ojos, para los que quiero si solo me interesa la belleza interior y para verla no los necesito. No tengo oídos, pero soy capaz de escuchar la voz del corazón. ¿Como me alimento, podras preguntarte? Me gustan las palabras dulces y los gestos cariñosos, me encantan las miradas tiernas, el eco de las risas, el valor de la amistad. Me robustezco cuando me alimento de ilusiones y de fe. Crezco con el compromiso y la entrega. Tengo mucho miedo a la ingratitud y a la traicion. El dolor y la pena pueden herirme, pero no matarme. No quisiera conocer la muerte, pero el olvido es capaz de causarmela. ¿Que donde estoy?, ¿como darse cuenta de que existo? Pues bien, fíjate en los ojos de una mujer acariciando la cabeza de su hijo recien nacido, allí estoy yo. Mira a tu alrededor las flores, los pájaros, el cielo, las nubes y las estrellas , y me veras a mi, porque todos ellos fueron creados por mi, porque todos ellos fueron creados por el amor. Contempla el rubor en el rostro de una niña ilusionada al recibir su primer beso, sigo siendo yo. En el cariño del amigo que te tiende la mano, te comprende, te escucha y te reconforta, alli estoy yo. En el beso afectuoso de un hijo al despedirse de sus padres, tambien estoy yo. En el recuerdo de la sonrisa de un ser querido que se fue, tambien estoy yo. En la ternura de un niño jugando con un animalito y sigo siendo yo. En muchos sitios, a traves del tiempo, sin importar las diferencias, estoy yo. Si quieres buscarme hazlo, pero sabes que solo me encontraras cuando ya no pienses mas en ti mismo, en ese momento solo abre tu corazon y me hallaras

Todo aquello que tienes en tu mente, cobra fuerza. Tiene sentido entonces, enfocarte en lo que deseas y no en lo que no deseas. Sin embargo, las cosas que no quieres que sucedan, tienen muchísimas maneras de inmiscuirse en tus pensamientos. Las preocupaciones y las dudas concentran tus pensamientos en aquello que no deseas. En lugar de preocuparte por las cosas negativas que podrían suceder, enfoca tus acciones en hacer que sucedan cosas positivas. Quejarte también puede llevarte a pensar en lo que no deseas. ¿De qué te quejas? De las cosas que no te gustan. En lugar de quejarte, haz algo. La acción hace que te muevas en dirección a lo que sí deseas. Enojarse es otra manera de enfocar negativamente tu pensamiento. En lugar de enojarte por aquello que no te gusta, usa esa energía para tener la determinación que te permita conseguir lo que deseas. Mantén tu mente enfocada positivamente en las cosas buenas que la vida tiene para ofrecerte. Se desarrollarán más fuerte y abundantemente a tu alrededor.

Mírame, que fuerte soy. Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo. No me han quedado cicatrices de la ostia que nos pegamos, ni refugios, ni paisajes. Ni canciones que recordar. He vuelto a nacer y he vuelto atrás. Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida. Vuelvo a las andadas, que maravilla, ostias, quien me lo diría.