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jueves, 2 de diciembre de 2010


Cada vez que te miro y te veo sonreír una cálida sensación invade mi cuerpo, sé lo que es, es tenerte a tí, pero aún así siento la necesidad de pellizcarme, porque tengo la sensación de estar soñando..Pero es verdad, porque a veces los sueños se hacen realidad, y si no mirame a mí, ahora te tengo y encima jurandome para siempre, esto es un sueño, siempre había querido a alguien parecido a tí,te lo prometo.
Pero si hay un sueño que es realidad ese eres tú,ese sueño es nosotros, juntos.. desde siempre y para siempre,recuerda que lo prometimos en aquellas escaleras de Plaza España.
Porque nos reducimos a sueños, porque mientras tú sueñas yo te miro y no paro de sonreír, porque eso me hace realmente feliz.
Porque la felicidad está en eso, en compartir contigo el cola-cao, las galletas,las chuches, el tiempo, la manta (aunque me la quites siempre), las miradas,los conciertos,las risas, los besos,los abrazos, las cosquillas (quizas un poquito tú mas que yo), las dudas,las comidas y las cenas, las preocupaciones, los miedos, las sonrisas, las alegrías, los recuerdos, los malos tiempos y los muy buenos, las caricias.. Y yo tengo que confesarte que he decidido dormir eternamente y no despertarme nunca porque cada instante juntos es seguir soñando, es seguir siendo feliz.. y tú me haces inmensamente feliz cariño.

Es curioso ver como ha cambiado todo. Como sus abrazos han cambiado mi mundo. No pude evitar que se colara de esa manera. Pero no lo pudo haber hecho mejor. Es curiosa, también, la manera en que consigue que sonría. Tampoco puedo evitar eso. No puedo evitar sonreir a todas horas teniéndole cerca. Es así, no hay más. Pero ya no sólo de esas sonrisas que se dibujan en los labios, sino de las que se reflejan en los ojos y te brillans. Y por mucho que haya tenido un mal día o el cielo este demasiado gris para mi gusto, consigue sacarme de nuevo esa sonrisa. También considero curioso como ha conseguido que me guste aún más la lluvia y su olor. Es todo demasiado curioso. Pero me gusta.

En la vida hay que afrontar situaciones difíciles. Comprendo que es difícil incluso hacernos cargo de ellas y cargarlas, en los hombros como podemos pero aquellas cosas malas que hoy te complican la vida, mañana pueden ayudarte a resolver nuevos problemas o situaciones de mejor manera. Nada es en vano, aún cuando creemos que nuestro trabajo mejor es rendirnos, creanme, la perseverancia da buenos frutos. No confundamos capricho con perseverancia porque están muy distanciados uno de otro. Con tiempo y paciencia se llega lejos, siempre me han dicho eso. Muchas veces desesperé, dejé todo porque no podía soportar viendome no cumplir a tiempo conmigo misma pero, hay cosas que tardan en llegar. Como el amor, tenes que esperarlo, ser paciente cuando las cosas no van bien y perseverante cuando sabes que las cosas pueden llegar a mejorar con un poco de voluntad. Los ingredientes no son caros, la gente hace negocios con ellos y quizás, eso hace que parezcan inalcanzables pero, solo tienes que esforzarte y hasta lo que creías imposible, puede suceder.


Esperaba no escribirte nunca más. De hecho hace casi tres meses que no te he escrito ni una sola carta. Ni una sola palabra. Creo que ya te has olvidado de mi, todavía no se si me duele asumirlo porque más me dolió saber que así era. Tuve que convencerme de no preguntarme más acerca de vos porque no tener respuesta a nada es algo desesperante y sobre todo, cuando esa persona sigue respirando, al igual que uno, sobre la misma tierra, bajo la misma luna. Papa me pregunta por que veo siempre la luna llena. Nota como me quedo, mirándola, analizándola, preguntándome si estarás haciendo lo mismo que yo, mirando lo único que nos une ahora. Cuando te escribo, me voy, me ausento donde esté porque me encargo de concentrarme en vos, en los pocos minutos que ya te dedico. Si de algo me culpo es de no poder retenerte un poco más. De no poder ser tan egoísta como vos, de decirte, de obligarte a quedarte como vos lo hiciste al irte, obligándome a encontrar razones, a seguir sin vos. No te gastaste en preguntarme que sucedía en mi vida, sólo tuviste que abrir la puerta de mi corazón y cerrarla tras tuyo. Y para serte franca, nada me costó más que dejar de lado lo que me unía a vos, quizás porque eras lo único que tenía, mi sostén. No hablo de olvido porque como bien sabes, no creo que exista tal cosa, ni que el ser humano posea la capacidad de olvidar. No borramos, almacenamos. Y si bien, querría poder hacerlo, es teoricamente imposible y mucho más con vos. Cuando leo ciertos libros, te encuentro. Muy a menudo te encuentro en las canciones, en frases y en momentos en que desearía que estuvieras, que nunca te hubieras ido porque yo se que vos sabes que te necesito pero te has empeñado en creer que es lo mejor para mí cuando en verdad, lo mejor pudo pasarme fue tenerte, haberte encontrado y haber reconocido que todo lo que necesitaba, todas aquellas cosas que me complementaban, estaban en ti