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lunes, 14 de marzo de 2011


Siempre he tenido ganas de ti. Por todo lo que he imaginado, soñado, deseado. Por lo que sé y aún más por lo que no sé. Por ese beso que aún no te he dado. Por el amor que nunca he hecho. Tengo ganas de ti aunque nunca te he probado. Tengo ganas de ti, de ti entero. De tus errores, de tus éxitos, de tus equivocaciones, de tus dolores, de tus simples incertidumbres, de los pensamientos que has tenido y de los que espero que hayas olvidado, de lo pensamientos que aún no tienes. Tengo tantas ganas de ti que nada me basta. Tengo ganas de ti y no sé ni si quiera por qué…

Tengo un cumplido estupendo para ti: puede que yo sea la única persona sobre la faz de la tierra que sepa que eres el hombre más fantástico del mundo. Puede que yo sea la única que aprecie lo asombroso que eres en cada una de las cosas que haces, en como eres, y en cada uno de los pensamientos que tienes. En como dices lo que quieres decir y en como casi siempre quieres decir algo que tiene que ver con ser sincero y bueno. Y creo que la mayoría de la gente se pierde eso de ti y yo les observo preguntándome como pueden verte y hablar, sin captar que acaban de conocer al hombre mas maravilloso que existe. Sinceramente, el echo de que yo sí lo capte me hace sentir mejor de lo que pensaba conmigo misma. Cariño, siempre has sido y serás tú.

Oportunas fueron sus manos acariciando mi espalda, que sin darse cuenta, calmaban el dolor provocado por la ausencia que durante meses se propagó sobre mí. Y aunque se que el no me quiere y que tampoco lo quiero de vez en cuando uno necesita que alguien nos haga recordar que somos humanos, que poseemos aliento cálido y que precisamos de cariño. Pense que había olvidado esos detalles cuando me quede sola, completamente aislada de todo estilo de sentimiento, sensaciones y expectativas en la vida. El me sujetó de la cintura y se apropió de mi sin necesidad de pedir que confiara en el, el sabia que todo estaría bien, que no era pecado querer la compañia de alguien, no hizo falta prometer que no me haría daño porque sabe que sus cadenas son las promesas que no pronunció y ninguno de los dos quiere ataduras. Supo comprender que me agrada el silencio y que puedo ser un tanto simpática y sarcástica entre sus brazos. Con su abrazo pude sentir tranquilidad, un poco de calidez en este mundo que parece congelarse con el pasar del tiempo. Y cuando me miró a los ojos, pude sentir como observaba y notaba el vacío que ocultaban tras una sonrisa pícara, creo que vio mi expresión de dolor cuando dieron las siete y tuvo que irse de mi lado. Desde luego, pudo no significar nada pero cuando te falta el aire con tanta frecuencia, que sople la brisa por un momento te deja con ganas de que la rafagas de viento corran seguido y puedan siempre darte un respiro.

Es algo que los dos sabemos que está ahi, que no es nada del otro mundo pero es imposible dejarlo atras. Es algo que ninguno nos atrevemos a decir, algo que nadie sabe.. pero nosotros lo sentimos aqui dentro tan fuerte, que duele. Es esa sensación de tener que saber qué está haciendo las 24 horas del día, es estar todo el día pensando que pasaría si él estuviera aqui contigo o de alguna forma pudiera verte.. ¿qué pensaría de ti? intentas actuar como sabes que a él le gustaría pero después piensas.. "no se pueden tener más tonterías". Es mirar tu móvil cada dos por tres a ver si te ha mandado cualquier mensaje tonto, o entrar en internet nada más llegar a casa para ver sus fotos una y otra vez, hasta que te las sabes de memoria. Es pensar que todas esas cosas bonitas que él dice estan dedicadas a ti.. porque tu sabes que es así. Es darle vueltas a el que dirían por un lado, y por otro es el mandar a tomar por culo a todo el mundo y centrarte en lo realmente importante, en él. Es estar empezando a sentir algo, ese no se que. . . que no tiene nombre, pero aún así es lo más bonito del mundo..

Me sorprendo soñandote mío. Inlcuso sin sacarte la ropa y besar cada rincón de tu cuerpo, puedo sentirte, alrededor de mi cuerpo, alejándome de todos los hombres que creen estar a tu altura. No negaré que es difícil encontrar a alguien que se te compare, que pueda sacarme una sonrisa única cada día, que pueda decirme que me quiere y se me erise la piel. Lo absurdo es que, aún cuando el tiempo ha pasado sigo sintiendote tan mío como aquellos días en que nos teníamos entre nosotros y sobreviviamos a esas situaciones de la vida que a veces nos complican la estabilidad de la respiración. Nosotros eramos por el contrario, todos aquellos momentos que te quitan el aliento. Aún me duele decir "éramos". Los términos en pasado se vuelven presente en estos momentos y temo que los recuerdos mil y un veces se apoderen de mi cabeza y esperanzas. Me da miedo comprender que nunca vas a volver y te sigo escribiendo como una fiel admiradora, como una loca desquisiada, como una tonta que creyó que esta vez, nadie se atrevería a fallarme. Te creí, y desde entonces, no puedo dejar de caer.