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sábado, 27 de noviembre de 2010


No paro de comprobar cuan cobarde es la gente. Es decir, esperan tanto tiempo porque las cosas lleguen a algo y luego, se hechan atrás, se largan a correr. Intuyo que uno suele tener miedo. Pero poner todas nuestras expectativas en alguien, esperar a que llegue el momento y cuando eso suceda ¿dejarlo ir?, no se cuan errado puede llegar a estar eso. Siempre fui de arriesgarme por las personas que quise (pocas) aunque debo admitir que si lo mío no es la cobardía, lo es ser miedosa. No escapo a aquellas cosas que siempre quise cuando llegan, intento disfrutarlas pero¡que miedo me da perderlas!. Tener algo o a alguien no es el problema, el verdadero dilema es saber que uno puede llegar a perderlo. En un momento. Basta con una palabra fuera de lugar para hechar toda una relación, todos los recuerdos, los buenos y hasta malos momentos a perder. Ganar, nadie gana pero siempre hay una víctima y un victimario, una persona que ama y otra que no corresponde, uno que se queda amando incluso cuando esa persona a la que tanto queria, no está más.