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jueves, 16 de septiembre de 2010


Yo era un asesino, y mi nueva tarea era sencilla: secuestrar a una chica de 17 años. Llevaría a la pobre a su propio infierno terrenal. Lo que no sabía era que ella me conduciría directo al paraíso, que pronto se transformaría en el peor de los infiernos.

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