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lunes, 17 de enero de 2011

Su seguridad iluminó mi rostro. No pude evitar sonreir cuando lo vi acercarse a mi con su mochila colgando de un hombro. En la tenue noche, lo esperé en la esquina acordada y el apareció. Vi su cara cuando la luz artificial de los locales dejaron ver sus facciones. Sonrió al verme esperandolo. Deduzco que la razón se debe a que después de mucho timpo pudo verme, sentirme real. Nos saludamos e intenté hacer que el camino sea un poco menos incómodo, hable de estupideces que uno habla cuando esta en un café, cuando uno sabe que el otro quiere hablar, hablaba para no tener que fijarme en como me miraba, en que gestos hacía, para no grabarlo en mi memoria. El me miraba (sentía como lo hacía) y se estaba callado. Por primera vez, no estaba nerviosa, más que eso, sentía estas compulsivas ganas de hablarle de mi, de lo que el no conocía de mí. Cuando entramos en la habitación, y yo seguía hablando como un loro parlante aún sabiendo que el no me escuchaba. No tuve tiempo, no me di cuenta cuando el se acercó, tomó mi cintura y con mucha seguridad me miró a los ojos. Fijo. Fue un segundo, un segundo que bastó para caer en ellos, para verlo besandome. Me dejó atrapada entre su cuerpo y la pared. Entre lo conocido y lo desconocido. Sentí sus manos aferrarme como si tuviese miedo de perderme de un momento a otro y luego de unos minutos, se separó un poco de mi, sin soltarme del todo. Me miró otra vez, sonrió y supe que nada de lo que creí que iba a desilucionarlo iba a ciertamente hacerlo. Estaba totalmente preparado para respetarme y jugar con estretegias que nunca antes nadie me propuso. Lo extraño y llamativo de su persona es que tiene un extraño poder para desinivirse y de un momento a otro, ser la persona más introvertida y reflexiba que haya podido ver. Es muy probable que no lo quiera y que, tampoco lo necesite pero se que sus pedidos para vernos significan algo, no se si profundo o superficial. Tampoco importa. Quizás solo quiera creer que podemos ser amantes en silencio. Quizás, el necesita amor así como yo o cualquiera lo necesita. 'Sólo un poco, sólo dejame beber un poco de vos' me dijo al oído y yo que cabalgué todo este tiempo con el alma herida, lo deje.

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