Compredí entonces que "A" quería formar parte de mi vida, pero no como yo lo esperaba. Y si bien nuestra historia remonta hace mcuho tiempo atrás, todo parece muy reciente, muy nuevo. Todavía siquiera encuentro la forma para explicarle que necesito a alguien que realmente me quiera, a alguien que simplemente pueda estar al lado mio en esos días en que todo parece desmoronarse y en esos otros en que el sol solo puede irradiar calor. La primera vez que lo vi, recuerdo balbuceaba estupideces, realmente no sabía de que hablar, dentro mío estaba pensando cual de todos mis personajes, que parte de mi personalidad multifacética mostrarle. Hasta que en un momento me calló. Sólo tuvo que besarme, bastó con que me mirara para saber que el quería estar conmigo esa noche, en ese momento, con nadie más. Y dirán, bueno, es una tonta si no se aviva y le da una chance, pero ustedes todavía no saben que en su cabeza, puedo verlo (no es que lo oculta mucho tampoco), en su cabeza él solo quiere todo lo superficial en mí, porque cómo sería de otra forma si aparentemente no sabe mucho más de mí. Quizás me gusta engañarme, porque no lo quiero a él. Pero probablemente busquemos en los dos un poco de paz, tranquilidad o esa locura desenfrenada que no deja lugar a toda esa realidad que a cada uno invade. Quizás somos solo esa puerta de emergencia, esa salida rápida que durante un tiempo nos ayude a poder estar bien.
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