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jueves, 7 de octubre de 2010


"Yo no pretendo inculcarte moral o religión. Mis opiniones tienen fundamentos puramente prácticos y científicos. Ahora entiende lo que voy a decirte. Tú puedes de un indecente si quieres, puedes ser un rebelde, un mujeriego, un truhán, un libertino, y como médico no te lo reprocharé. Yo solo reconvendré de inmediato la conducta de un paciente irracional que se haga daño a sí mismo -se puso de pie inclinándose hacia adelante para decirme cara a cara con voz firme-: Puedes permitirte ser un inmoral si así lo deseas, pero por ningún motivo puedes darte el lujo de ser un estúpido..."

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