Seguidores

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Arrogante, no quise darle la oportunidad porque creía que si uno no quiere a alguien enserio, no debe ilusionarlo, porque a fin de cuentas la cuestión puede terminar mal y, de qué sirve si luego, la confianza se pierde. Me has perdonado, y cada vez que te he pedido ayuda, has estado, presente, al pie del fusil, esperando que las cosas siempre terminen mal para sostenerme antes de caer. Nunca realmente te lo agradecí, no sinceramente hablando. Nunca me pediste explicasiones ni has exigido saber que es lo que realmente pasaba, sólo te bastaba con saber que yo sabía que no te ibas a ir. Y vos, que siempre me decis que la vida no hay que tomarsela tan a pecho y que, entre sonrisa y sonrisa, gustas de mí, no has recibido nada a cambio. Es injusto, ahora que me paro a pensarlo, no debe ser lindo que te tengan en lista de espera. Mi cabeza lidia con muchos problemas y no se si por necedad o por miedo, no te he enfrentado. Para decirte que sí o que no. Quizás, es mi terror por quedarme completamente sola. O quizás, de estar acompañada. Ojala pudiera recordarte que no me olvido que en aquel 2008 en que morí y en el 2009 en que reviví, estuviste para subirme el animo y cuidarme a tu manera, con tus consejos e impaciencia, que entre enojos, me daba cariño. Es probable que deba darte una oportunidad de una buena vez, pero calculo que apurar las cosas sería estúpido y...probablemente, lo que parece, es lo que es.