Seguidores

miércoles, 3 de noviembre de 2010


Dejé tantas cosas. Objetivos, metas, cosas que quería para mí y cambie por el bienestar ajeno. Dejé esas cosas que me motivaban, que me llevaban a algún lugar donde las cosas no me tocaban, donde dolía pero no lo suficiente para quitarme el aire como esto lo hace. Por un momento, creí que todo iría bien, que estaba comenzando a ser alguien. Di mi tiempo, mis ganas y mis esperanzas a cambio de nada. Obtuve soledad y dolor. No es justo que te hayas lavado las manos con mi inocencia, no es justo que te hayas llevado en tus maletas mis pertenencias, mi corazón. Esta situación no parece encontrar solución más que aquella que me negaste. Esta situación no tiene más puntos suspensivos, todo terminó donde vos quisiste que terminara, en tus tiempos, a tu manera. Nunca importé, nunca fui parte de algo y que te hayas ido, sólo me demuestra que tengo razón. De alguna forma acásólo quedaron los restos de un adiós. El fantasma de lo que nunca fue. No me dejaste más opción que terminar donde me encontraste. Siendo una princesa de nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario