Seguidores

jueves, 23 de septiembre de 2010



Hoy, solo hoy, por un instante comprendí el verdadero significado de la palabra “VALORAR” tan común en nuestro vocabulario pero poco puesta en práctica en la vida de cualquier individuo.
Y pude comprender que algunos, inclusive yo, desde el momento de poner un pie en el suelo cada mañana, aunque no la haya, encontramos un motivo para quejarnos, para dirigirnos de mal manera hacia él que tenemos enfrente, para realizar nuestras tareas con desgano, quejarnos de un pequeño dolor de cabeza o por simplemente no poder darnos ese gustito de comprarnos algo que anhelamos pero que obviamente no es tan necesario para el transcurso de nuestras vidas diarias.
Vivimos quejándonos de lo que no tenemos, de no poder acceder a una casa más grandes cuando hay otros que ni siquiera pueden aspirar a tener la nuestra; a enfadarnos con nuestro jefe por hacernos trabajar horas extras, cuando “OTROS” estarían dispuestos a trabajar todo el día de corrido inclusive con tal de obtener el tan ansiado empleo, que hoy en día ni siquiera un titulo universitario puede asegurártelo; de quejarnos por tener frío, una gotera en nuestra casa, dejar a un lado alimentos por el simple echo de no gustarnos, no tener ganas de ingerirlos cuando detrás de una puerta, hay miles y miles de personas que darían hasta lo que no tienen por ese plato de comida, por dormir bajo un techo aunque este gotee y aguantarse lo que venga con tal de estar en un sitio, donde se sabe de sobra que se esta mejor que tirados en una esquina, un banco de una plaza o a orillas de un río.
Hoy entendí que nos quejamos de llenos, esta en nuestra mentalidad nunca conformarnos con lo que tenemos y creer que lo que posee el de al lado, enfrente o la otra esquina es mucho mejor que lo nuestro.
Si pensáramos un poquito podríamos comprender que la mayoría de nosotros tenemos la oportunidad de VER, SENTIR, OÍR, no tenemos enfermedades que nos hacen estar postrados en una cama. Pasamos por problemas si, nos cuesta llegar a fin de mes, pero al lado de todo aquello que pasan algunos otros, estas cosas resultan insignificantes.
Hoy aprendí una lección, aprendí que hay que valorar todo lo que tenemos, sea grande o pequeño, visible o sútil, material o espiritual, porque todo es gracias a Dios. El error esta en tender a comparar y quejarnos demasiado, añorar cosas lejanas o inalcanzables cuando otros no tienen ni la milésima parte de aquello que poseemos.
Como alguna vez oí decir a mi mamá, “mira a tú alrededor, construye tú vida desde lo que tienes y no desde lo que desearías tener” Y si por alguna razón no puedes ver ese mundo, que consideras lejano, ponte en el lugar de todas esas personas, como el ciego valora tú vista, el enfermo valora tú salud, la madre estéril valorar a tus hijos, el desempleado que valora tú trabajo, el pobre que valora tú riqueza. Miremos a nuestro alrededor y siempre veremos a alguien que está más necesitado que nosotros.
Y como digo algunas veces, “En la vida los propósitos de uno mismo siempre terminan siendo lo que buscábamos, solo tienes que dejar que el tiempo haga lo suyo”

No hay comentarios:

Publicar un comentario