Seguidores

sábado, 16 de octubre de 2010


Tuve ganas de llorar cuando colgué. Tuve ganas de llorar mientras salía de mi casa, cuando llegaba a mi casa. Tuve ganas de llorar cuando encendía el móvil para comprobar si tenía mensajes. Tuve ganas de llorar cuando dejé de encender el móvil para comprobar si tenía mensajes. Tuve ganas de llorar cuando comprendí que seguía enamorada de él. Tuve ganas de llorar, todos los días, un día tras otro, todas las noches, una noche tras otra.
Y sí, por desgracia, yo elegí quererte, y todas las consecuencias que eso conllevaba.
Y a día de hoy, sigo haciendo lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario