Seguidores

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Sabes? No vivo en una cárcel (aunque muchos se empeñen en que sí), de hecho, jamás he sido tan libre como ahora.
Yo no digo que conozca a la libertad más que a mí misma, porque mentiría, pero sí sé lo que quiero. Y ésta, es la vida que yo quiero vivir, ésta y no otra, al menos de momento. Porque la libertad no significa ir de un lado para otro, cambiando de sol, de aire y hasta de sueños. La verdadera libertad consiste en tener lo más importante del mundo, sin poseerlo. Yo, estoy convencida de que no soy de nadie, jamás seré de nadie ni nadie me pertenecerá, pero si hay algo de lo que sí estoy segura es de que libertad es sinónimo de volar, y hoy, mi corazón no tiene barreras en el cielo.